Santurtzi aumentará un 30% la presencia de contenedores blancos
Hace una década, Santurtzi se unió a la red de municipios que incorporaron en sus calles el contenedor blanco, el cual sustituía al de recogida de ropa y era, a su vez, destinado a albergar pequeños electrodomésticos, ropa, libros, etc. De forma inicial, este cambio se dio en nueve municipios (Santurtzi entre ellos) y, a partir de ahí, se fue extendiendo su implantación en el resto de municipios de Bizkaia.
Para dar respuesta a la actual demanda de este servicio y poder propiciar que cada vecino de la localidad tenga un contenedor de estas características en un radio aproximado de 150 metros de su domicilio, el Consistorio ha solicitado a Garbiker la instalación de tres nuevos contenedores. De esta manera, se pasará de tener diez en la actualidad, a 13 en los próximos días. “No solo se trata de favorecer esta recogida acercándonos más a los vecinos y vecinas con nuevas implantaciones, sino también de sustituir o reparar los que puedan estar en malas condiciones o tengan algún desperfecto”, señala el concejal de Obras y Servicios, Álvaro Aresti, quien añade que “con la inclusión de estos tres nuevos contenedores, además de acercarnos más a los domicilios, estaremos incrementando la capacidad de recogida de este tipo de enseres en un 30%, por lo que seguro que los resultados de materiales recogidos seguirán mejorando en los próximos ejercicios”.
Desde su puesta en marcha, el uso ha ido en aumento, alcanzando el pasado año un total de 140,52 toneladas en Santurtzi, con una media mensual de 11 toneladas y media, siendo septiembre y octubre los meses en los que mayor cantidad se recoge.
Todo lo depositado en estos contenedores blancos es gestionado por Koopera, entidad con fines sociales, que acondiciona y destina a sus tiendas toda la fracción textil reutilizable, así como complementos y pequeños enseres susceptibles de tener una segunda vida.
De esta manera, la ropa y demás objetos recuperados por esta vía, se acondicionan para su reutilización, mientras que aquellos residuos no reutilizables se destinan a reciclaje. “Con este ciclo conseguimos un doble objetivo: apostar por un consumo responsable, una economía circular, en la que se da una segunda vida a todo lo que depositamos en estos contenedores; además de favorecer la generación de puestos de empleo a través de Koopera, que trabaja para la integración de las personas en riesgo o en situación de exclusión social”, explica Aresti.