Erlantz Pavón, promesa del judo
Erlantz Pavón, vecino de Mamariga, tiene un futuro prometedor en el mundo del judo, deporte que practica desde que a los cuatro años su padre le iniciara en él. A sus 17 años ya ha conseguido varios campeonatos de Bizkaia en diferentes categorías, si bien estos éxitos los asume “siempre con cabeza y humildad”, valores que el judo le aporta. En su mente está lograr algún día el cinturón negro, aunque su principal objetivo es “viajar a las competiciones y hacer amistades con gente de otros países”.
Ya habías conseguido numerosas medallas en campeonatos de Bizkaia y Euskadi y recientemente lo has vuelto a lograr ya en la categoría junior, ¿cómo estás asimilando estos logros?
Con bastante firmeza y siempre con cabeza ante todo. Este año he conseguido ser campeón de Bizkaia y, posteriormente, bronce en el Campeonato de Euskadi porque tuve mala suerte en semifinales. Tenía la esperanza de conseguir también el título de campeón. Así que el año que viene intentaré lograrlo con más esfuerzo.
¿Cuáles consideras que son tus mejores virtudes como judoca?
Mi mejor virtud es la de ser zurdo, porque para los rivales, competir contra un zurdo es más difícil, ya que cuesta más el agarre. Soy también bastante humilde y eso es importante. No me gusta presumir de mis logros. De hecho, lo viven más intensamente mis padres que yo.
¿Cómo te iniciaste en este deporte?
Llevo desde los cuatros años. Fue gracias a mi padre, que también es judoca y de pequeño me enseñaba videos de cuando él competía.
¿Qué objetivos te marcas en el mundo del judo?
Me gustaría conseguir el cinturón negro, aunque lo principal es conocer a mucha gente, así como poder viajar para ir a las competiciones y hacer amistades con personas de otros países. También me gustaría participar en más campeonatos de España y el año que viene superarme parar lograr lo que este año no he podido conseguir.
¿Qué es lo que más te gusta de este deporte?
Me sirve para canalizar mis energías y sentirme bien conmigo mismo. Además, me ayuda a estar en forma y también a ser respetuoso con los demás y ser más humilde.
¿Qué te dicen tu familia y tus amigos sobre el hecho de que se te considere una de las promesas del judo?
Mi familia es un gran apoyo para mí, porque me acompaña y me ayuda en todos y cada uno de los campeonatos a los que acudo a competir. Mis amigos se sienten orgullos de mí y lo que me hace gracia es que quieren que les enseñe llaves de judo.