Santurtzi pone en marcha un plan de choque para eliminar los puntos negros del municipio
El Ayuntamiento de Santurtzi ha realizado un estudio específico de los denominados “puntos negros” de municipio, con el fin de analizar los lugares urbanísticos que puedan generar inseguridad para las mujeres, bien sea esta motivada por razones como baja iluminación de una zona, que sea un callejón o un lugar solitario, o que disponga de poco campo de visión, entre otras razones.
En el año 2008, el Ayuntamiento de Santurtzi elaboró su primer estudio de “puntos negros”, resultando en aquel entonces que había 37 puntos percibidos como inseguros. Ahora, el nuevo estudio de 2018 ha detectado un total de 18, lo que supone un descenso significativo. “Este tipo de documentos son muy valiosos a la hora de actuar y de llevar a cabo el desarrollo urbanístico de nuestro pueblo, porque tanto o más importantes son las necesidades de nuestros vecinos y vecinas en cuanto a equipamientos o servicios, como lo relativo a materia de seguridad”.
“Con este nuevo estudio, que actualiza al anterior, observamos que 8 puntos se repiten, lo que constituye un reto prioritario para nosotros y serán en los que nos volquemos desde las áreas encargadas de su mejora y conservación. Para ello, hemos elaborado un plan de actuación específico, que incluye las medidas a adoptar, bien en los puntos que se repiten como para el resto de espacios”.
Para la realización del estudio actual, se ha utilizado una metodología participativa comunitaria con mujeres de las diversas asociaciones específicas del municipio, abriendo procesos de información, formación y debate, con el fin de tener en cuenta la diversidad de puntos de vista de todas mujeres y sus diferentes situaciones funcionales (discapacidades, limitaciones por carros de bebé o de compras...) y que realizan diferentes usos de los espacios urbanísticos (itinerarios según los modos de vida, necesidades de desplazamiento...).
Asimismo, el análisis ha tenido en consideración todos los barrios de Santurtzi, a través de visitas sectoriales a cada zona a lo largo del proceso de trabajo. Tras su finalización, las primeras en conocer los resultados fueron las asociaciones de mujeres, que han contrastado sus percepciones con las informaciones y valoraciones recabadas por la empresa especializada contratada al efecto. “Tuvimos un reciente encuentro en Casa Torre, donde se les expuso el resultado del estudio y ellas pudieron hacer alguna aportación más, que fueron tenidas en cuenta”, ha añadido Urkijo.
El estudio ha durado varios meses, durante los cuales se ha contrastado también la situación diferencial de la percepción de riesgo en verano y en invierno, según la disponibilidad de luz y los usos y costumbres de cada época del año.
En sus resultados, el estudio pone de manifiesto que la razón más frecuente aducida para la inseguridad ha sido la poca visibilidad, bien porque exista poca luz, bien porque el campo de visión era escaso (recovecos, callejones…). Por otro lado, las mujeres participantes consideraron también que en algunos lugares no se sentían seguras porque en ellos se suelen reunir personas cuya presencia puede resultar intimidatoria.